El partido no cumplió con las expectativas. Sobre el césped estaban dos de los equipos más ofensivos de la Serie A y lo que se esperaba un torrente de oportunidades estuvo muy lejos de eso. De hecho, en el primer tiempo solo hubo una oportunidad clara en un cabezazo de Arturo Vidal que estuvo cerca de entrenar. Nada más. Control repartido, efectividad en el último tercio ninguna y estructura defensiva perfecta.
Estas tres premisas se rompieron gracias a Lautaro Martínez. Una peinada del argentino sutil a centro de Ashley Young agitó algo más el partido, aunque no demasiado (57). Ni siquiera el regreso de Lukaku, que se perdió el duelo ante el Madrid, llenó el partido de oportunidades.
Se tuvo que estirar, forzado por le resultado, el Atalanta. Miranchuk, que entró en el segundo tiempo, se revolvió en la frontal y la cruzó lejos de los dominios de Handanovic (78). Incluso los de Gasperini, ya más animados, rozaron la remontada en un cabezazo en plancha de Muriel que se perdió por línea de fondo. No hubo nada más, tampoco para el Inter. Justo empate.
