(EFE) -- El Manchester City alcanzó los cuartos de final de la Liga de Campeones tras cumplir un trámite frente al Sporting (0-0), incapaz de alterar lo más mínimo la eliminatoria tras el inalcanzable 0-5 de la ida a favor del equipo dirigido por Pep Guardiola.
No hubo ni el más mínimo atisbo de rebeldía en las filas del conjunto portugués. Sabía de antemano que se encontraba ante una misión imposible. Necesitaba un milagro que jamás llegó y que no sorprendió a nadie. Y Guardiola tampoco se habría dejado, porque él y sus jugadores se tomaron el partido en serio.