En medio de rumores sobre su futuro, Gabriel Ávalos reveló que Independiente tiene un objetivo innegociable para 2026: romper la racha de 23 años sin un título local. El goleador paraguayo dejó un mensaje contundente que encendió la ilusión del hincha.

En los últimos días, mientras su nombre circula en el mercado de pases por el interés de Olimpia y Talleres, el delantero paraguayo Gabriel Ávalos decidió poner claridad y enviar un mensaje directo al hincha de Independiente: el gran desafío del plantel para el próximo año será romper la racha de 23 años sin un título local, un anhelo que se volvió obsesión en Avellaneda.

El goleador, uno de los pocos puntos altos en un semestre complicado, habló en Radio La Red sobre lo que dejó un Clausura turbulento. El Rojo atravesó una racha inédita de 15 partidos sin ganar, una eliminación dolorosa por penales frente a Huracán en el Apertura y el abrupto cierre del ciclo de Julio Vaccari. La llegada de Gustavo Quinteros, sin embargo, dio algo de aire: cuatro triunfos consecutivos y la chance latente de clasificar a la Copa Sudamericana.

“Costó muchísimo el segundo semestre. La pasamos mal, pero seguimos fuertes y pudimos cambiar la cara sobre el final”, expresó Ávalos, quien no esquivó ningún tema. Sobre los rumores que lo vinculan con Olimpia y Talleres, fue categórico: “No hablé con nadie. Tengo la cabeza en Independiente y me queda un año de contrato”.

Pero la frase que más ruido hizo fue la que repitió dos veces, dejando en claro la prioridad colectiva: “Soñamos con poder romper la racha de 23 años sin un título local. Es nuestra motivación”.

Ávalos también destacó el rol de Quinteros en el resurgimiento futbolístico del equipo: “Nos dio confianza y levantó el ánimo de todos. Sabíamos lo que podíamos dar, pero él ordenó todo y ayudó a recomponer el vestuario”.

En cuanto a la Sudamericana, el delantero fue sincero: “La ilusión está. Aunque nos habría gustado clasificar por nuestros propios medios”. Para conseguir ese cupo, el Rojo depende de que Boca o Racing, semifinalistas del Clausura, terminen consagrándose campeones.

Con un 2026 lleno de desafíos, Independiente deberá reconstruir su identidad y volver a competir en serio. Y mientras el club define altas y bajas, la voz de su delantero estrella deja claro que el objetivo ya está fijado: terminar con la espera más larga de su historia.

Noticias salientes hasta ahora: interés concreto de Olimpia y Talleres por Ávalos; respaldo total de Gustavo Quinteros al delantero; dependencia de resultados ajenos para clasificar a la Sudamericana; y el objetivo declarado de romper la racha de 23 años sin títulos locales.

En un mercado que promete ser intenso, Talleres renueva el plantel y Carlos Tévez ya armó la nómina de jugadores que no serán prioridad para el 2026, marcando el inicio de un recambio profundo en el club cordobés.

Después de un año deportivo irregular en el que Talleres debió pelear en la zona baja de la tabla, la dirigencia y Carlos Tévez iniciaron un proceso profundo de reestructuración. Mientras el plantel atraviesa su licencia hasta el 26 de diciembre, quedó claro que Talleres renueva el plantel y ya existe una lista de jugadores que no serán prioridad para el nuevo año futbolístico.

El primero en la nómina es Juan Rodríguez, defensor central de 31 años, quien llegó en 2023 y disputó 70 partidos en el club. La llegada de Tévez lo relegó en la consideración, jugando apenas cinco partidos en el Clausura. Con Matías Catalán y José Luis Palomino como dupla consolidada, más el avance de los juveniles Santiago Fernández y Rodrigo Guth, su futuro parece estar lejos de Córdoba.

Otro nombre fuerte es el del venezolano Miguel Navarro, de 26 años. Habitualmente titular y con recorrido internacional, podría emigrar si llega una oferta convincente. El lateral compite con Gabriel Báez, quien ganó terreno desde mitad de año.

En el mediocampo, el colombiano Juan Camilo Portilla aparece como uno de los futbolistas transferibles si llega una propuesta adecuada. Con 78 partidos, un gol y seis asistencias, el volante busca continuidad para meterse en la lista de su selección rumbo al Mundial 2026.

El caso de Joaquín Mosqueira, de 21 años, marca un contraste notable. Llegado desde Unión como una apuesta fuerte, nunca logró adaptarse: solo ocho partidos como titular y uno bajo la conducción de Tévez. Algo similar ocurre con Matías Gómez, de 20 años, que apenas tuvo minutos en Primera y buscará rodaje en otro club.

Otro apellido de peso es Emanuel Reynoso, quien no pudo recuperar su nivel. Desde el arribo de Tévez, jugó apenas siete partidos, la mayoría desde el banco. Su futuro también será evaluado.

En ofensiva, dos casos llaman la atención: Nahuel Bustos y Federico Girotti. Ambos alternaron titularidad y suplencia, pero ninguno convenció plenamente al entrenador. La dupla de delanteros rápidos que propuso Tévez en el cierre del año —Rick y Luis Angulo— desplazó a los atacantes más tradicionales.

Finalmente, se suman los contratos que terminan: Javier Burrai y Rubén Botta, quienes perderán su vínculo al cierre del 2025.

Noticias salientes hasta ahora: la lista completa de prescindibles, la apuesta por juveniles, la reestructuración solicitada por Carlos Tévez, la falta de continuidad de referentes como Reynoso, y la incertidumbre sobre los delanteros Bustos y Girotti.

La continuidad de Guillermo Acosta en Atlético Tucumán volvió a quedar en el centro de la escena, en medio de cortocircuitos internos, dudas dirigenciales y un regreso a los entrenamientos que podría definir su futuro inmediato.

La continuidad de Guillermo Acosta en Atlético Tucumán atraviesa uno de los momentos más delicados de los últimos años. A sus 37 años, Guillermo Acosta, referente absoluto del Decano y jugador con más presencias en la historia del club —391 partidos—, disfruta de los últimos días de descanso mientras su futuro comienza a definirse en un clima cargado de incertidumbre. Aunque su contrato vigente se extiende hasta diciembre de 2026, nada garantiza que el mediocampista siga formando parte del proyecto deportivo de la próxima temporada.

El plantel regresará a los entrenamientos el próximo martes en el predio José Salmoiraghi, y allí deberá presentarse el Bebe Acosta, independientemente de su situación. Sin embargo, la duda no pasa por su presencia física, sino por lo que ocurra en las reuniones previas que podrían destrabar —o terminar de tensar— una relación que viene desgastada desde hace meses.

El origen de este escenario se remonta a los últimos partidos del Torneo Clausura, cuando se produjeron fuertes cortocircuitos entre un grupo de jugadores y la dirigencia encabezada por Mario Leito. Las diferencias fueron profundas y todavía no cicatrizan, afectando especialmente el vínculo con uno de los ídolos máximos de la institución. Algunos referentes consideraron que ciertas decisiones extradeportivas afectaron el rendimiento del equipo y quebraron la confianza en la cúpula directiva.

En este contexto, Hugo Colace, técnico del Decano, transmitió su deseo de contar con Acosta para el armado del plantel 2026. El entrenador considera que su liderazgo dentro y fuera de la cancha es clave para sostener la identidad futbolística del equipo. Sin embargo, también es consciente de que la decisión final quedará en manos del presidente y la Comisión Directiva, quienes analizan todos los escenarios: continuidad, ruptura o salida acordada.

Entre este viernes y el lunes podría darse una reunión clave entre Acosta, Leito y la Secretaría Técnica. Allí se evaluarán los puntos de conflicto, las expectativas de cada parte y la viabilidad de reconstruir un vínculo que marcó la última década del club. Los dirigentes, además, deben resolver si están dispuestos a garantizarle al Bebe el cierre de carrera que merece o si prefieren abrirle la puerta a un cambio de rumbo.

Mientras tanto, la hinchada sigue expectante. Existe un fuerte deseo popular de que Acosta continúe y tenga una despedida acorde a su trayectoria, pero el futuro del ídolo aún es incierto. Por ahora, lo concreto es que estas semanas marcarán el destino de un símbolo del Decano.

Noticias salientes hasta ahora: tensiones internas entre jugadores y directivos, expectativa por la reunión clave, postura de Hugo Colace, y la decisión final que debe tomar Mario Leito sobre el futuro del Bebe.