Olímpico barrió la serie en Buenos Aires, por el tercer juego de los cuartos de final, superó a Platense por 72 a 70 y se metió en las semifinales de la Temporada. Alex negrete fue el goleador del equipo con 19 puntos. Informe y fotos: Prensa Platense

A toda costa Platense salió a buscar la victoria en casa, sin opciones para fallar por la necesidad de seguir con vida en la serie. Y así fue el comienzo del tercer juego. El Marrón estableció una defensa sólida desde el primer minuto, controlando el gran poderío ofensivo de Olímpico. Además, se encontró con el aro tras buenas circulaciones de balón y una alta efectividad desde el triple. Tense llegó a estar siete puntos arriba, y eso sería un indicio de lo que pasaría más adelante. El primer cuarto quedó en favor del local por 17-15, después de un buen cierre del conjunto bandeño.

Para el segundo segmento, la dinámica Calamar se intensificó notablemente en ambas partes del campo. La defensa se hizo tan fuerte, que la visita logró anotar cinco puntos hasta el promedio del parcial. A este gran trabajo, se sumó una ráfaga de triples por parte de Juan Pablo Corbalán, ayudando al equipo a lograr una máxima de 16 (36-20) puntos en el primer tiempo. Los dirigidos por Gatti lograron reaccionar desde las manos de Alex Negrete (encestó 12 puntos en el tramo), llegando a acortar la diferencia a seis puntos. Luego, Platense contrarrestó esa racha con un gran cierre de la dupla Facundo Vázquez y Eric Flor para irse al descanso largo con el tablero en 46-35.

El tercer cuarto arrancó con muchas imprecisiones y una gran intensidad física. Mientras Platense no lograba hacer pie en ofensiva, Olímpico insistía con el tiro de larga distancia sin precisión. Sin embargo, el conjunto de La Banda ajustó su defensa, supo sacar ventaja desde su jerarquía indivual para conseguir faltas y lograr achicar la diferencia a cinco (49-44).

El partido, indudablemente, cambió de ritmo, se hizo muy parejo y la visita empezó a aprovechar que el Marrón se cargó pronto de infracciones. Alex Negrete, el hombre de la noche volvió a aparecer sobre el cierre del parcial para achicar a dos con una buena conversión más el bonus (55-53) y con un bombazo de Aguirre, los santiagueños empataron el partido. La ventaja que supo tener el Calamar desapareció y comenzó a jugarse otro cotejo. Con otro triple de Aguirre, el Negro se fue arriba por 60-57.

Los últimos diez minutos tuvieron todos los condimentos en un juego de Playoffs. Emoción hasta el segundo decisivo y la pelota en manos de los que marcan la diferencia. El trámite fue punto a punto hasta el cierre, con Nicolás Romano como estandarte de Olímpico, autor de 8 puntos decisivos con dos bombazos incluidos, y Eric Flor haciéndose cargo de las ofensivas de Platense.

Así fue hasta la bola definitiva. El conjunto de La Banda se puso arriba 72-70 con 19 segundos por jugar y el Calamar buscó la victoria con un lanzamiento de tres de Santi Barrales, pero no pudo ser. Triunfo del elenco santiagueño que se quedó con la serie por 3-0 y está en semifinales.

Regatas le ganó a Instituto por 76 a 54 en el tercer juego de los cuartos de final. El domingo desde las 20.30 buscará cerrar la serie. Informe y fotos: Prensa Regatas

En su casa y ante su gente, Regatas volvió a demostrar que quiere dar que hablar. Le ganó un partidazo a Instituto por 76 a 54 para quedar 2-1 arribla en la llave de cuartos de final.

La figura del encuentro fue Charles Thomas, quién lideró a los correntinos con 19 puntos y rebotes. Franco Vieta y Tobía Franchela acompañaron con 11 unidades cada uno. En la visita, Nathan Hoover fue el máximo anotador con 12 tantos.

El Remero volvió a demostras inteligencia y madurez en su juego, igual al primer partido en Córdoba. Le bajó las pulsaciones al encuentro y se focalizó en la defensa, para construir un sólido triunfo apoyado en un gran andar colectivo.

El local tomó las riendas del partido, y si bien no llegó a tomar una distancia considarable, pudo llevarse el primer periodo por 24-19. El remero mantuvo la concentración en defensa y la tranquilidad en el otro costado de la cancha, para prolongar su dominio e incrementar la diferencia (44-29).

El trámite del encuentro se mantuvo igual. El fantasma construyó el juego a partir de su defensa y con ofensivas largas para sacar una luz de 19 puntos. Sobre el cierre, Instituto logró descontar para quedar 57-43. Ya en el capitulo final, la visita apretó el acelerador y llegó a estar a 10 (59-49). Regatas nunca se salió del libreto, mantuvo su estrategia y de a poco fue estirando la ventaja. El final tomó calor por alguns acciones de la visita.

El esloveno Luka Doncic dirigió este viernes con 29 puntos un monumental festival de los Dallas Mavericks, que, abajo 0-3 en las Finales NBA contra los Boston Celtics, triunfaron por 122-84 en el cuarto partido en el American Airlines Center de Dallas para llevar la serie de vuelta al TD Garden. EFE

Ningún equipo ha logrado remontar un 0-3 en una serie de ‘playoffs’ NBA en 156 precedentes, pero los Mavericks no se fijan en la matemática. Se aferraron a sus opciones con una feroz reacción de orgullo en su campo ante unos Celtics que, tras diez victorias seguidas en esta postemporada, dejaron una pobre imagen en su primera bola de partido.

Los Mavericks tuvieron una ventaja máxima de 48 puntos y trituraron a unos Celtics que, a pesar de esta derrota, siguen de forma sólida al mando y podrán conquistar el título este lunes en el TD Garden de Boston.

Esta victoria fue la tercera más abultada en la historia de las Finales NBA. El récord es de 42 y lo ostentan los Chicago Bulls de Michael Jordan, que arrollaron 96-54 a los Utah Jazz en las Finales de 1998.

Ante la mirada del español Sergio Ramos, sentado a pie de campo con una camiseta de Doncic, la estrella eslovena firmó 29 puntos, cinco rebotes, cinco asistencias y tres robos en 32 minutos en pista. Con más de 30 puntos de ventaja, pudo descansar todo el cuarto período, una auténtica bendición para él, que arrastra desde hace semanas problemas de rodilla y en el pecho.

Su cero de ocho en triples se quedó en una anécdota, así como el uno de seis desde el arco de Kyrie Irving (21 puntos, 4 rebotes y 6 asistencias). Y si a las dos estrellas no les funcionó el triple, Tim Hardaway Jr se salió con cinco de seis intentos y quince puntos, los primeros de una serie en la que hasta ahora apenas había tenido protagonismo.

El novato Derek Lively selló un doble doble de once puntos y doce rebotes saliendo del banquillo que dejó en evidencia la pasividad de unos Celtics que hasta este viernes habían sido colosales en esta serie.

Con el letón Kristaps Porzingis oficialmente disponible, pero sin minutos en la rotación de Joe Mazzulla para no arriesgar tras su problema en el tendón tibial, los de Boston tuvieron un modesto 36.3 % de acierto en tiros de campo.

Jayson Tatum anotó quince puntos, pero ninguno en la segunda mitad; Jaylen Brown, un hombre clave y considerado como posible MVP de la serie, no pasó de los diez, así como Jrue Holiday. El dominicano Al Horford anotó tres, con tres rebotes y cuatro asistencias.

Dominio de principio a fin

Con Doncic muy agresivo y pegado a Tatum, tan solo tuvieron un 29 % de acierto en tiros de campo los Celtics en la primera mitad, que no consiguieron tutear a los Mavs en ninguna faceta del encuentro.

Doncic selló trece puntos en el primer período y doce en el segundo, cuando los Mavs sellaron un demoledor parcial de 26-10 que les abrió el camino para doblar a Boston en el 50-25. En ese momento, la dupla Doncic-Irving acumulaba ya 27 puntos, más que todos los Celtics.

Tatum metió quince puntos para Boston, pero los hombres de Mazzulla eran irreconocibles. En los dos lados de la pista. Los texanos capturaron 37 rebotes por los 17 de los verdes en una primera mitad para olvidar y no encontraron maneras para crear buenos tiros. Brown no pasó de un modesto tres de diez en tiros, Jrue Holiday solo metió uno de seis y White, uno de cinco.

Doncic, por su parte, no se dejó condicionar por los apuros desde el arco (arrancó con 0 de 4), e hizo daño en la pintura y desde la distancia media, además de dar ritmo a un poderoso Dereck Lively, quien capturó nueve rebotes e tan solo la primera mitad. Sergio Ramos, sentado a pie de campo, se divertía y el 61-35 con el que los dos equipos regresaron a los vestuarios reflejaba el dominio absoluto de los Mavs.

Y, si es posible, el equipo de Jason Kidd pisó aún más el acelerador en la segunda mitad. La ventaja rompió la barrera de los treinta puntos con un triple de PJ Washington y alcanzó los 33 cuando Mazzulla pidió tiempo muerto en el 80-47. Con el partido ya virtualmente sentenciado, el American Airlines Center pudo dedicarse a animar la fiesta.

Lo hizo con un karaoke con las notas de Don’t Stop Believin’ (No dejes de creer) de ‘Journey’. Un mensaje claro para los Mavs, llamados a lograr un imposible en esta serie.

La victoria de los Mavs nunca estuvo en duda y Mazzulla, con la mirada puesta ya en el cuarto partido, decidió sacar de la pista a sus jugadores antes del final del tercer período.

Una bendición también para los Mavs, que pudieron dejar cómodamente en el banquillo a Irving y sobre todo a Doncic, el jugador que más desgaste de energías había tenido.

Y es que incluso sin las figuras en pista, los Mavs siguieron con el rodillo y cuatro triples seguidos de Hardaway incrementaron la ventaja hasta un descomunal 112-67 con 6.45 minutos por jugar en el cuarto período. Morris, también desde el arco, la disparó hasta el 115-67.

La serie regresa ahora a Boston, con los Celtics en control, pero con unos Mavs que prometen batalla hasta el final.