Por Eduardo Carboni – Diario De Hoy
River Plate de Chacabuco, fue fundado por un grupo disidente de Porteño.
Porteño había sido fundado en 1907 y quince años después se consolidaba como club deportivo, en el que la práctica del fútbol –deporte que los ingleses, con total y vertiginoso éxito, habían desparramado por todo el país– tenía prioridad. Al tal punto llegaba el fútbol de Porteño que en los certámenes de la época, disputados en la modalidad copa –la Liga Deportiva de Chacabuco se fundaría el 12 de febrero de 1926– el club presentaba dos equipos de Primera: Porteño A y Porteño B.
Según narra una publicación de River Plate, editada en 1972, en ocasión de su cincuentenario, ‘a raíz de gestiones oficiales, se consiguió una hermosa y grande copa donada por el gobernador de la provincia de Buenos Aires de ese año (1922), don Roque Moreno, para ser disputada entre las representaciones de las ciudades de Junín, Rojas, Chivilcoy y Chacabuco’.
Por Chacabuco jugaron los mencionados equipos de Porteño, a los que el sorteo determinó que se enfrentaran entre sí. El partido se puso muy chivo, a tal punto que se produjo la ruptura ‘después de un match accidentado, en el que perdió el equipo B, o Intermedia, por 1 a 0, y ante un gol de dudosa factura’.
La ruptura no solo dio como resultado la creación de un nuevo club, sino que generó una tremenda rivalidad entre River y Porteño, el gran clásico del fútbol chacabuquense, que se extendió hasta que el Decano dejó la actividad del fútbol.
Así, el 15 de abril de 1922, en la casa de Blas Rizzi, ubicada en Almirante Brown y Mendoza –donde luego funcionó la Escuela Normal–, los disidentes se reunieron para fundar la nueva institución deportiva.
A la cita acudieron Carlos Sanner, Eduardo Tonelli, Juan Tonelli, Francisco Tonelli, Andrés Tonelli, Agustín Ponce de León, Vicente Ponce de León, José Priano Ghiara, Alberto D’Arce, Américo Merodio, Guillermo Zabaleta, Walter Candi, Blas Rizzi, Carlos Giavino, Oscar Galván, Nicolás Ladaga, Juan Saturnini, Nélido Depauli Portillo, Nicolás Di Toro, Roque Ladaga, Nicolás Placente, Santiago ‘Lili’ Grossi, Juan Labat, Felipe De Tito, Ángel Grossi, José Galíndez, Miguel Popelio, José Perrone, Estanislao Bigeón, Clodomiro ‘Miro’ Díaz, Santiago Díaz, Camilo Córdoba, Hugo Barón, Héctor L’Hopital, Lorenzo Veneroso, Miguel Ponce de León y Baltasar Ponce de León.
En la reunión se resolvió el nombre del club, la elección de la camiseta y la integración de la primera comisión directiva. Respecto del primer punto, se tiraron varios nombres, de los cuales se votó entre los dos más aceptados. River Plate e Independiente. El primero ganó apenas por un voto.
La camiseta elegida fue totalmente blanca con pantalones azules. La vestimenta, las pelotas y los botines fueron adquiridos en Casa Galli, por gestiones de Guillermo Zabaleta, empleado de la tienda.
El primer presidente fue Carlos Sanner; Agustín Ponce de León fue el vice; secretario, Walter Candi, y tesorero, Juan Tonelli. Américo Merodio fue el encargado de elaborar los estatutos, que fueron aprobados el 12 de octubre de 1922.
Las reuniones previas a la asamblea constitutiva se realizaron en La Cueva, confitería de Juan Saturnini, que se hallaba en avenida Alsina 20.
Sin sede ni estadio propio, River Plate deambuló por lugares prestados o alquilados, tanto para sus reuniones de comisión directiva como para disputar los partidos de sus equipos de fútbol. Su primer plantel deportivo estuvo integrado por Felipe De Titto, Oscar Galván, Alfredo Cernuda, Nicolás Ladaga, Benito Sáenz, Domingo Salvarani, Primitivo Pavón, Antonio Ponce de León, Blas Rizzi, Juan Saturnini, Santiago Grossi, Ángel Grossi y Fermín Pardo. Como se ve, varios de los fundadores del club eran integrantes del equipo.
Junto a Chacabuco Football Club, Porteño, Racing y Huracán, River fue club fundador de la Liga Deportiva de Chacabuco (Asociación Deportiva de Chacabuco fue su nombre original), lo que se concretó el 12 de febrero de 1926. River le aportó a la nueva asociación los principales nombres de la primera CD: Carlos Sanner, Juan Tonelli y Matías Depauli Portillo fueron sus primeros presidente, vicepresidente y secretario general.
Con esto, puede inferirse que hoy River Plate es el club chacabuquense que más años lleva siendo parte de los torneos de la Liga Deportiva y, por lo tanto, el que más certámenes ha disputado desde su creación.
La primera con tribunas
A principios de los 40, River jugaba como local en la cancha municipal (hoy plaza 5 de Agosto), en momentos en que la Liga estaba integrada por Argentino, Chacabuco Football Club, Porteño, Huracán, Football Club O’Higgins, y Sarmiento y Defensores de Rawson.
El gran hito en la historia de River Plate se produjo en los inicios de la década de los 70. Como ya se dijo, River había jugado varios años como local en la cancha Municipal, que en un primer momento ocupó todo el espacio de lo que hoy es la plaza 5 de Agosto y luego el sector que da a la calle La Rioja. Cuando el Municipio dejó de darle la exclusividad a River, se empezó a gestar la idea de la cancha propia, que se concretó bajo la presidencia de Elio Muhape.
La entidad contaba con un predio en la calle 25 de Mayo y Gutiérrez (o Almirante Brown y Viamonte), en lo que se denominaba barrio Chaco Chico, que utilizaba para organizar campeonatos de baby y papi fútbol. Dado el escaso espacio del lugar como para concretar un buen predio deportivo, la comisión directiva elegida en 1969, y reelegida en 1971, decidió venderlo y comprar ‘algo más grande’.
Así se dio con la media quinta de Avellaneda, Callao, Mendoza y Juan José Paso, un lugar utilizado como cava, que contaba con la particularidad de que a lo largo del terreno tenía restos de la trágicamente célebre torre de Telesistema, caída l 18 de enero de 1968, que se levantaba en otro predio ubicado frente al elegido por River Plate. Más precisamente, se hallaba una gran cantidad de cables de acero que habían servido como riendas de sostén de la torre de 252 metros, los cuales habían sido abandonados por la empresa tras el terrible suceso, en el que murieron siete trabajadores.
Según rememora Alberto Muhape, hijo del visionario Elio, la cava se rellenó con la tierra que se extraía en la construcción de la red de desagües cloacales de Chacabuco –las cifras hablan de 497 ‘carradas de tierra’–, cuyo responsable de la empresa constructora acostumbraba a tomar café en la confitería de Pueyrredón 17, que estaba a cargo del club. La Municipalidad aportó con sus motoniveladoras para completar la tarea.
En un principio, se iba a empezar con la construcción de una tribuna, que se financió con la venta de bonos patrimoniales de cada platea, por 25 años. Es probable que el sistema haya sido tomado de la construcción del estadio Azteca de México y del frustrado nuevo estadio de Boca Juniors que Alberto J. Armando proyectaba construir en terrenos ganados al río de la Plata, en la Costanera Sur. El éxito de la venta de las plateas llevó a la CD de River a encarar la construcción de la segunda tribuna.
Las tribunas fueron construidas por la empresa Calloni y Violante, mientras que las 507 butacas que se colocaron fueron adquiridas a la empresa Sill-Plas de Buenos Aires, que también se encargó de instalarlas.
Finalmente, en el marco de una jornada con diversas actividades, el jueves 12 de octubre de 1972, a las 15.30, quedó inaugurado el estadio de River Plate. El primero de Chacabuco en contar con tribunas. El plato fuerte de la celebración fue el partido entre la Tercera División de River Plate de Buenos Aires y la Primera del River chacabuquense.
La idea era que la cancha fuera el primer paso de un complejo deportivo que se proyectaba que contara con una pista de atletismo –por eso el amplio espacio entre las líneas periféricas del campo de juego y el alambrado–, un gimnasio con cancha de básquet y una pileta de natación. Como en tantísimos casos a lo largo del país, los vaivenes económicos dieron por tierra con ese proyecto.
El presente
Hoy, River Plate cuenta con una sede propia, un espacio físico donde funcionar que no fuera prestado o alquilado. El 29 de septiembre de 2018 quedó inaugurado el edificio que se levanta en el predio del estadio, sobre la calle Callao. ‘Con esto, el club pasó a tener más entidad’, señala Sergio Valerga, que fue jugador, entrenador y presidente del club.
También se agregó la tribuna visitante, sobre Avellaneda, y se recuperaron las canchas de pádel. ‘El proyecto que siempre tenemos es el de concretar la pileta de natación, lo que le daría vida a la institución durante todo el año’, explica Juan Martín Maggi, presidente del club.
Otro de los proyectos es una escuela de pádel, lo que sería toda una novedad para la ciudad, y acaba de agregar desde este año el fútbol femenino, en las categorías Sub 10 y Sub 12, y ya está sumando jugadoras para la categoría Mayores, con la intención de tomar parte de la competencia de la Liga en 2023..
Una actividad muy importante de la entidad es la que se realiza a través de River Solidario. ‘Si bien todos los clubes trabajan en la parte social, River es el único con un grupo anexo al club, con gente que trabaja en River Solidario pero que no pertenece a la Comisión’, explica Maggi.
‘River Solidario desarrolla el Taller de Valores los días lunes, de 17.00 a 19.00, que ofrece una merienda y se hacen distintas actividades, como para que los chicos se lleven algo más, que sería como un complemento educativo’, agrega el presidente.
Este grupo, además, participa en las mochileadas a principios de año, en la colecta de juguetes para el Día del Niño, actividad que se repite en Navidad, en campañas de concientización sobre autismo o violencia de género, y ha participado en actividades junto a Red Solidaria y otras entidades con las que se complementó para desarrollar tareas sociales.
‘Es una pata muy importante para el club, que ya lleva cinco años desde su creación’, sintetiza Maggi. ‘En el club tenemos 250 chicos, que son 250 familias porque los padres también quieren participar’, destaca, en tanto, Valerga.
Los tres entrevistados –Juan Martín Maggi, Sergio Valerga y Alberto Muhape, coinciden en resaltar enfáticamente la tarea de todos los que pasaron por el club.
‘No es fácil mantener una institución durante cien años ininterrumpidos y eso se concretó gracias a los que pusieron el hombro, su tiempo y su dinero por River Plate’, cierra Sergio Valerga.


