La selección de fútbol de Croacia (en serbocroata, Hrvaskta nogometna reprezentacija) es el equipo representativo de ese país. Desde 1940 es controlado por la Federación Croata de Fútbol (Hrvatski Nogometni Savez) en las competiciones oficiales organizadas por la UEFA y la FIFA.
La selección se formó de manera definitiva en 1992 tras su independencia por el desmembramiento de Yugoslavia. Antes de dicha circunstancia, los jugadores croatas jugaban en la selección de fútbol de Yugoslavia como parte del mismo país. Sin embargo, durante un corto período de tiempo en la Segunda Guerra Mundial y debido a la invasión de las potencias del eje al Reino de Yugoslavia, existió un estado independiente croata que jugó un total de tres partidos entre 1940 y 1942. Y que es considerado como el primer seleccionado de Croacia.
Desde su debut como selección independiente, Croacia ha disputado cinco ediciones de la Copa Mundial de Fútbol, obteniendo unas buenas actuaciones pese a ser una selección de reciente creación. Entre sus logros cuenta con un tercer puesto logrado en el Mundial de Francia 98, firmando una gran actuación en su estreno en la gran cita mundialista. Y el subcampeonato conseguido en el Mundial de Rusia 2018. En la Eurocopa, ha conseguido también notables actuaciones, alcanzando los cuartos de final del torneo en dos ocasiones de las cinco en las que se ha clasificado para el torneo.
Sus buenas participaciones la han hecho colocarse en el 4.º puesto en la clasificación mundial FIFA, la mejor 3.ª selección de la clasificación de la UEFA, llegando a colocarse como 3.ª mejor selección mundial en 1999, y la 23.ª selección en promedio desde que se establece la clasificación de la FIFA.
La mayoría de los partidos como local los disputa en el estadio Maksimir de Zagreb, aunque algunos los disputa, también, en el estadio Poljud de Split o en otros de menor capacidad, como el Stadion Gradski vrt de Osijek, dependiendo de la naturaleza del partido. El equipo se mantuvo invicto en sus primeros treinta y seis partidos en casa en Maksimir, pero perdió en 2008 con Inglaterra.
Uniforme y escudo
Pese a que el reconocimiento oficial del nacimiento de la selección de Croacia data de 1990, por su inminente independencia de Yugoslavia en 1991, ya surgió en la antigüedad un combinado del Estado Independiente de Croacia en la mitad de los años 40 que representó a los croatas futbolísticamente. Pese a no ser considerados oficiales por la FIFA, son parte de la historia del combinado, y eran pues sus representantes.
En aquella época el combinado vistió una camiseta de color rojo y unos calzones blancos, colores identificativos del escudo croata. En el pecho portaron distintos escudos de la época. Uno de ellos, el escudo de la federación croata de 1940, creada en dichos años (pero que se disolvería posteriormente dentro de la yugoslava), y otro, el escudo de armas del Estado Independiente de Croacia.
No sería hasta 1990, con su independencia, cuando adoptarían la característica camiseta ajedrezada con cuadros rojiblancos por la totalidad de la camiseta, en honor a su escudo. Los tonos pues, seguirían presentes, y se le añadiría el color azul a sus segundas equipaciones, y a las medias de ambos conjuntos, en referencia a los tres colores de la bandera croata. Se adoptó el escudo de la Federación Croata de Fútbol para la camiseta, y seguiría junto a la camiseta, presente hasta la actualidad.
Rivalidades
Como consecuencia de los conflictos bélicos e históricos por las Guerras de Yugoslavia, la selección croata, así como sus clubes, mantienen una fuerte rivalidad con los equipos y la selección serbia (ex-Yugoslavia), de la que antaño formaban parte, pese a sus intentos por desmarcarse de tal circunstancia. Incluso varios jugadores, previo a la independencia, se vieron obligados a vestir la camiseta yugoslava, antes de que se conformase la selección croata.
La independencia aumentó esa enemistad, y los partidos son considerados de alto riesgo, e incluso como tal vez el más aguerrido enfrentamiento entre selecciones, en una rivalidad forjada por motivos religiosos e históricos que suelen extrapolar a los ámbitos deportivos. A diferencia de otras rivalidades deportivas, y más concretamente futbolísticas, la de serbios y croatas trasciende sobremanera el ámbito deportivo, y está cargado de un fuerte trasfondo político, debido a los recientes acontecimientos vividos. El desmembramiento de un país, dejó a los habitantes con una cicatriz que perdura hoy día, y cada disputa futbolística se vive como una prolongación de aquello, tratándose del encuentro más politizado en el panorama fubolístico.
En menor medida, los croatas también encuentran una rivalidad frente a la selección rusa debido a las inexistentes o complicadas relaciones entre ambos países. Y tal vez por el apoyo que los rusos prestaron a la manutención de la antigua Yugoslavia. Sus enfrentamientos, no obstante, no llegan a la rivalidad existente con los serbios.









