En una semifinal cargada de tensión, el triunfo clásico Estudiantes se hizo realidad en El Bosque: con un gol de Thiago Palacios, el Pincha derrotó 1-0 a Gimnasia.

Estudiantes escribió otro capítulo glorioso en su historia reciente: el triunfo clásico Estudiantes llegó en el momento más caliente posible y le dio al equipo de Eduardo Domínguez el boleto a la final del Torneo Clausura. Con un gol de Thiago Palacios en el segundo tiempo, el Pincha venció 1-0 a Gimnasia en un Bosque cargado de nervios, tensión y expectativas.

La semifinal tuvo todos los condimentos que un clásico requiere. Un Gimnasia empujado por su gente intentó imponer condiciones desde el arranque, con presión alta y ataques por los costados. Sin embargo, Estudiantes logró mantenerse firme, sin perder su estructura y con un Fernando Muslera clave en los momentos más difíciles. La más clara del primer tiempo llegó a los 43 minutos, cuando un remate de Manuel Panaro se desvió y exigió una increíble reacción del experimentado arquero uruguayo.

La primera parte terminó sin goles, pero dejó la sensación de que el Pincha había logrado resistir el mejor tramo del Lobo. En el complemento, todo cambió. Estudiantes salió más decidido, más vertical y con mejores duelos individuales.

A los 17 minutos del segundo tiempo llegó el golpe decisivo. Edwuin Cetré, determinante como en los últimos partidos, desbordó por derecha y metió un centro bajo perfecto. Thiago Palacios, entrando por el medio del área, definió de zurda para poner el 1-0. Un gol calcado al que había convertido ante Central Córdoba, pero esta vez con un valor emocional mucho mayor: el gol que silenciaba el Bosque y acercaba al Pincha a una nueva final.

Gimnasia intentó reaccionar y llenó el área rival con centros, remates y variantes ofensivas. Norberto Briasco, Barros Schelotto, Hurtado y Pablo Aguiar fueron las apuestas finales del equipo local, pero chocaron una y otra vez con la solidez defensiva de Estudiantes, que mostró carácter, orden e inteligencia para manejar los minutos finales.

El partido se volvió friccionado, con múltiples amonestaciones, cambios y disputas divididas. Pero nada movió al Pincha, que resistió cada intento y sostuvo con autoridad el resultado hasta el pitazo final.

Con esta victoria, Estudiantes se mete en la final del Clausura y enfrentará a Racing, que eliminó a Boca en La Bombonera. El duelo se disputará el sábado 13 de diciembre en el Estadio Madre de Ciudades de Santiago del Estero, donde el equipo de Domínguez buscará coronar un semestre inolvidable.

Carbonero debe volver a Racing tras salvar a Inter de Porto Alegre del descenso con un gol decisivo ante Bragantino. Su préstamo termina en diciembre y en Avellaneda crece la expectativa por su futuro inmediato.

El fútbol suele escribir historias inesperadas y una de ellas es la que hoy tiene como protagonista a Johan Carbonero, figura en la última fecha del Brasileirao. En Brasil, el extremo colombiano se convirtió en héroe absoluto al marcar el gol que selló el 3-1 frente a Bragantino, resultado que permitió que Inter de Porto Alegre mantuviera la categoría. Pero mientras en Beira-Rio lo celebran como salvador, en Avellaneda la situación es diferente: Carbonero debe volver a Racing cuando finalice su préstamo en diciembre.

El atacante de 25 años llegó al Colorado en enero, buscando continuidad tras quedar relegado en la consideración de Gustavo Costas. En una temporada cargada de presión, respondió con números sólidos: 38 partidos, ocho goles y dos asistencias. Su explosión definitiva llegó justo cuando Inter lo necesitaba, empujado por el reemplazante de Ramón Díaz, el histórico Abel Braga, quien tomó el mando en la recta final para evitar la caída a la Serie B.

La posibilidad de que Inter ejecute la opción de compra —cuatro millones de dólares por el 100% del pase— venía creciendo en las últimas semanas, pero estaba condicionada al objetivo deportivo. Con el equipo ya salvado, la dirigencia brasileña debe definir qué hará con un futbolista que también está en el radar de Botafogo y mantiene presencia en la selección de Colombia.

Del lado de Racing, la expectativa también es grande. Si Inter no avanza en una adquisición, Carbonero regresará a Buenos Aires para sumarse a la pretemporada. Su etapa en la Academia fue irregular, marcada por lesiones y decisiones tácticas de Fernando Gago primero y Costas después. Aun así, disputó 65 partidos, anotó ocho goles y brindó siete asistencias, siempre dejando la sensación de que su desequilibrio podía cambiar cualquier partido.

La novela recién empieza. En un mercado donde Racing necesita vender, reforzarse y ordenar su plantel, la situación del colombiano será uno de los focos centrales del verano. En Porto Alegre lo ven como un héroe. En Avellaneda, como un futbolista que todavía tiene cuentas pendientes. Lo cierto es que, al menos por ahora, Carbonero debe volver.

Últimas noticias salientes mencionadas en la nota:

Las definiciones sobre Abel Braga, la salida de Ramón Díaz, el interés de Botafogo, y la evaluación que hará Racing sobre el retorno de Johan Carbonero.

En pleno inicio del mercado de pases, la gran revelación llegó desde Deportivo Morón: un jugador ama a San Lorenzo, quiere volver ya mismo y su DT confirmó que es “imposible retenerlo” tras su gran temporada en la Primera Nacional.

La declaración sacudió el mercado de pases y encendió todas las alarmas en Boedo. En medio de un contexto económico complejo, inhibiciones por resolver y la necesidad urgente de rearmar el plantel para una triple competencia, una frase detonó todo: un jugador ama a San Lorenzo, quiere pegar la vuelta y su entrenador ya lo dio por perdido. Se trata de Franco Lorenzón, defensor de 24 años, figura en la última temporada de Deportivo Morón y una alternativa inmediata para Damián Ayude.

El encargado de revelar la noticia fue Walter Otta, técnico del Gallito, quien no dejó espacio para las dudas. En diálogo con Mundo Ascenso, soltó una sentencia que retumbó fuerte:
“A Lorenzón es imposible retenerlo. Él ama a San Lorenzo y este es el momento para que dé un salto de calidad en lo económico, porque hace mucho la viene peleando.”

La frase llega justo en el instante en que el Ciclón necesita reforzar su zaga central. Con la inminente venta de Jhohan Romaña, la chance de salida de Nery Domínguez al terminar su contrato y la lesión prolongada de Daniel Herrera, el regreso de Lorenzón aparece como una solución interna, accesible y futbolísticamente probada.

El defensor redondeó una campaña sobresaliente en la Primera Nacional, siendo pieza clave en un Morón que peleó el ascenso desde su solidez defensiva. Su evolución, regularidad y madurez competitiva lo colocan como una alternativa lista para competir en Primera.

Además, hay un componente determinante: su vínculo personal con San Lorenzo. Lorenzón no solo quiere volver; quiere quedarse, pelear un lugar y consolidarse donde siempre soñó. Su contrato vence a fin de año, por lo que la dirigencia deberá moverse rápido para evitar que quede libre justo cuando el cuerpo técnico lo considera.

Desde Boedo, ya se analiza su regreso. Otta lo dio por perdido, San Lorenzo lo necesita y el jugador empuja para un retorno que parece inevitable. En tiempos de reconstrucción y urgencia deportiva, Lorenzón podría transformarse en el primer refuerzo de la era Ayude sin que el club gaste un peso.