Jannik Sinner ha tomado velocidad de crucero en esta edición de Wimbledon y lo ha aprovechado para presentarse en cuartos de final en el All England Club por tercer año consecutivo en cuatro participaciones en el torneo.

El No. 1 del PIF ATP Rankings doblegó este domingo en la cuarta ronda a Ben Shelton por 6-2, 6-4, 7-6(9), en dos horas y ocho minutos, confirmando que ha dado un paso adelante en su nivel de juego en el Grand Slam británico.

Después de dejarse un set tanto en su estreno frente a Yannick Hanfmann como ante su compatriota Matteo Berrettini en segunda ronda, el principal favorito en Londres ha sumado dos victorias seguidas en tres sets para alcanzar los cuartos de final por octava vez en un torneo de esta categoría.

Italianos con más presencias en CF de Grand Slam
Nicola Pietrangeli: 10
Jannik Sinner: 8
Matteo Berrettini: 6
Adriano Panatta: 6

Sinner ha encontrado en esta gira la sintonía necesaria con la superficie para ser candidato a todo. Tanto que aún no ha perdido un partido desde que inició su camino sobre el verde, con un récord de partidos de 9-0, que le ha permitido ganar su primer título en Halle y presentarse en cuartos de final en Londres.

Eso sí, su capacidad para jugar bien en césped estaba más que contrastada. Wimbledon es el Grand Slam en el que ha llegado a cuartos de final en más ocasiones (3), todas ellas consecutivas (2022-24).

Esta vez en la Pista 1 tenía enfrente a un rival al que ya había derrotado esta temporada en Indian Wells y dominaba por 2-1 el Lexus ATP Head2Head. Pero, el estadounidense dibujaba una línea ascendente y por primera vez había sacado un billete para la cuarta ronda en Wimbledon.

Con los trabajados triunfos —todos en cinco sets— frente a Mattia Bellucci, Lloyd Harris y Denis Shapovalov, el estadounidense acumuló más de diez horas de competición. El premio era igualar el mejor resultado de su entrenador y padre Bryan, que había llegado tan lejos como él en Londres hace 30 años.

En el inicio del partido, Shelton logró mantener sus dos primeros turnos de saque (1-2). A partir de entonces, Sinner tomó el mando del partido para enlazar cinco juegos consecutivos y cerrar el primer set de su lado en menos de media hora con un 94% de éxito con su saque (16/11).

En el segundo set no levantó el pie del acelerador. Con un nuevo quiebre —el tercero del encuentro— abrió otra brecha en el marcador (2-0). El italiano supo conservar la ventaja para atar también el parcial con algo menos de brillo con su servicio, pero con un guion similar al anterior (6-4).

Shelton demostró entonces parte del tenis que le había llevado tan lejos en Londres. Su primer quiebre se hizo esperar, pero llegó en el segundo juego del tercer set. El americano mandó por primera vez (1-4), pero la confianza y gran momento de forma que vive Sinner salió a relucir en los siguientes juegos para igualar (4-4).

El americano apretó las clavijas y puso contras las cuerdas al italiano, con 5-6, 30/40, pero Sinner escapó del punto de set para firmar el tie-break, donde tuvo que salvar otros tres puntos de set más.

Este resultado confirma el gran momento que vive Sinner, que en 2024 ha estrenado su palmarés en los Grand Slam (Abierto de Australia), ascendió al No. 1 del mundo y ha establecido un balance de 42 victorias en 45 partidos disputados, o lo que es lo mismo, ha ganado el 93,3% de lo que ha jugado.

En cuartos de final de Wimbledon, el principal favorito en Londres tendrá que medirse al ganador del partido que cierra la jornada en la Pista 1, el No. 5 Daniil Medvedev o el No. 10 Grigor Dimitrov.

Carlos Alcaraz aprobó un examen sin referencias en el césped, superando por 6-3, 6-4, 1-6, 7-5 al francés Ugo Humbert para alcanzar los cuartos de final.

Revalidar el trono queda a tres pasos de distancia y eso empiezan a ser palabras mayores en Wimbledon. Carlos Alcaraz ofreció este domingo una demostración de recursos en la Centre Court de Londres, donde un año atrás escribió uno de los capítulos más especiales de su vida. El dueño de la copa dorada, que también atrapó Roland Garros semanas atrás, sigue manejándose con una naturalidad absoluta en escenarios de leyenda. Aunque la mirada de Londres pese como pocas en este deporte, los hombros del murciano parecen preparados para sostener cualquier expectativa.

“Jugar ante un zurdo siempre es complicado. Me enfrenté a uno en Queen’s y aprendí de ese partido. Hoy me he sentido bien, he jugado a un nivel muy alto”, dijo Alcaraz.

En una jornada de máxima expectación en Londres, con el legendario Rod Laver presente en el Royal Box de la Centre Court, Alcaraz asumió los galones como vigente campeón para instalarse entre los ocho jugadores más fuertes del torneo. Si el ecuador del Grand Slam requiere una prueba de dureza, Carlos completó el objetivo con mayúsculas en la capital británica.

Consciente del habilidoso juego de su rival en la media pista, todo un peligro para un partido sobre césped, Alcaraz firmó un arranque de partido impecable. El murciano atravesó una primera manga de pura decisión, arrancando el 44% de los puntos al resto, una cifra notable en la superficie, y dos roturas de las manos del francés, suficiente para desnivelar el nacimiento del encuentro.

Con el dominio del marcador, Alcaraz puso a prueba su concentración. El español salvó un momento clave en el corazón del segundo set, anulando cuatro pelotas de rotura en el quinto juego, el primero en el que su servicio corrió peligro real en todo el encuentro. Ese momento, que bien pudo ser un punto de inflexión en la batalla, terminó de endurecer la mente del murciano, decidido a no ofrecer un mínimo resquicio a su rival en el resto del partido.

La manera de cerrar la segunda manga, obligándose a correr de lado a lado sin descanso hasta forzar el error de Humbert, terminó de activar la conexión con la grada. Aunque el silencio es una seña de identidad de la Centre Court, Alcaraz despertó el rugido de las grandes tardes en Londres.

“Intenté luchar por cada pelota”, explicó Alcaraz. “No importa en qué parte de la pista me encuentre, solo trato de darme la oportunidad de seguir en el punto. Con bola de set, era un punto importante para mí. No importaba lo que él hiciera, yo iba a estar preparado, luchando hasta la última pelota”.

Aunque la montaña era gigantesca, Humbert se regaló un tercer set para guardar. El francés, antiguo campeón de Halle, dejó fluir sus golpes sobre hierba hasta dejar su huella en la Centre Court. Ugo apenas entregó tres puntos al servicio para recortar distancias y mandar un buen aviso al campeón: cualquier relajación en el partido podría representar una amenaza a buen ritmo.

Alcaraz tomó el guante e hizo suya una cuarta manga que amenazó con salirse de control, perdiendo en dos ocasiones una rotura de ventaja y salvando un 0/40 con 3-4 que pudo ponerle al borde del quinto set. Tras superar las turbulencias, el murciano recuperó el orden para terminar el trabajo en Londres, sellar el billete a los cuartos de final y colocarse de nuevo como un gran candidato al campeonato en SW19. 

Tras sobrevivir en cinco mangas a Frances Tiafoe en una épica tercera ronda, Alcaraz intentó templar sus golpes para recuperar la seguridad en Londres. El murciano buscó vestirse con la solidez que le ha llevado a la cima y firmó uno de los partidos más completos del torneo para aterrizar en las rondas definitivas, esas donde la inteligencia contará como un golpe más del repertorio.

Con cuatro victorias ya en la piernas, Carlos se adentra en el momento decisivo del torneo en un sector donde conviven hombres repletos de confianza. El español disputará los cuartos de final de Wimbledon ante el estadounidense Tommy Paul, reciente campeón en Queen’s, o su compatriota Roberto Bautista Agut, antiguo semifinalista en Londres y renacido para la causa a los 36 años.

La solidez de Alcaraz en Londres, además, le permitió añadir otra capa de grandeza a su carrera sobre la hierba del All England Club. Con apenas 21 años, Carlos se convirtió en el quinto jugador español que alcanza los cuartos de final de Wimbledon en múltiples ocasiones, siguiendo la estela de sus compatriotas Rafael Nadal (8), Feliciano López (3), David Ferrer (2) y Juan Carlos Ferrero (2).

Lewis Hamilton venció de local con su Mercedes y tras dos años y medio retornó al escalón más alto del podio, segundo fue Verstappen, con Red Bull, quien se mantiene en la cima del campeonato, y Lando Norris, con McLaren

Luego de dos años y medio, Lewis Hamiton regresó a la victoria en la Fórmula 1 y lo hizo en la mejor carrera de la temporada. Fue de local en el Gran Premio de Gran Bretaña disputado en el mítico Autódromo de Silverstone. La competencia fue dramática por la lluvia y por los cambios en la punta donde hubo cinco líderes. Hasta las últimas vueltas no se supo quién podía ser el ganador, pero el séptuple campeón mundial a bordo de su Mercedes se llevó la máxima alegría.

De sufrir con un Mercedes poco competitivo con la llegada del efecto suelo con el nuevo reglamento técnico que se aplicó en 2022 y que las Flechas de Plata no lograron descifrar. Cambiaron el director técnico (volvió James Allison), pero no había caso. El rebote, ese maldito rebote que tantos dolores de espalda le provocaron a Hamilton. Su imagen al bajarse del auto sin moverse, por las contracturas, dieron la vuelta al mundo. No había caso, no volvía Mercedes, no volvía Hamilton.

Mercedes tuvo algunos atisbos de resurgimiento, como en Brasil 2022, con el triunfo de George Russell. Pero Hamilton no podía. Algunos podios sazonaban la situación, pero Lewis quería volver a ganar.

El 2024 lo comenzó con una noticia que sacudió a la Fórmula 1: su mudanza a Ferrari para 2025. La falta de competitividad de las Flechas, su coqueteo añejo con la Rossa, sus ganas de vestirse de rojo alguna vez, el jugoso contrato que le llegó de la cúpula de la casa de Maranello… Todo el combo generó que Hamilton tomara la decisión de dejar el equipo con el que tantas carreras y títulos ganó. Peor quería volver al triunfo con el team alemán.

Llegó el salto competitivo de Mercedes en el último puñado de carreras y la muestra cabal fue el éxito de Russell en Austria. Heredado, es cierto, por la batalla de Verstappen y Lando Norris. Pero ahí andaba el equipo comandado por Toto Wolff. Y llegó Silverstone, la casa de Lewis, el lugar en el que había ganado ocho veces, el lugar en el que venció hasta en tres ruedas en 2020.

¡Y llegó el triunfo nuevamente! Fueron 56 carreras las que debió esperar para volver a subir al escalón más alto del podio. Y lo hizo con brillantez, no heredó nada, nadie le regaló nada. Largó segundo, detrás de su compañero Russell, y lo pasó. Y después comenzaron los vaivenes del clima, algo lógico en Inglaterra. Que llovía, que no. Las estrategias de boxes, los neumáticos de lluvia, cuándo ponerlos, qué momento elegir. Y Mercedes no falló. Hamilton pasó a Norris en la última parada en boxes, cuando volvieron todos por los de piso seco y comenzó a administrar el desgaste. “Déjenme a mí”, le dijo Lewis a su ingeniero cuando le quisieron hablar del desgaste, el consumo…

Y Lewis cerró la última docena de giros con un ritmo brillante, a lo Hamilton, como lo hacía en sus tiempos de dominio total. “Desde 2021 que estoy luchando, entrenándome, con este equipo enorme. Quería lograr esto por este equipo maravilloso que trabajó mucho para volver a lo más alto. Es muy duro para todos, pero lo importante es levantarte. Cuando estás en el fondo, después de lo de 2021, estar aquí. Tengo gente muy importante cerca y ver en el equipo todo el esfuerzo que se hizo”, contó Lewis antes de ir al podio.

¡Cómo no festejar así el éxito! Lewis pasó por todos los estados. Lloró, se abrazó interminablemente con su papá, se tiró arriba de los mecánicos, ondeó la bandera británica. Lewis volvió a ganar, quería hacerlo antes de cerrar el capítulo Mercedes, uno de los más exitosos de la historia de la categoría. Y agregó un nuevo récord al convertirse en el piloto con más victorias en un mismo circuito al llegar al noveno festejo en Silverstone (superó los ocho de Michael Schumacher en Magny-Cours y sus ocho en Hungaroring).

“Es la carrera más emocional que viví en mi carrera”, cerró Lewis, quien un día volvió.