Tras caer 1-0 ante Los Andes, Quilmes sufrió una brutal agresión al micro con sus futbolistas adentro. El Cervecero atraviesa un presente crítico en la Primera Nacional y coquetea con el descenso.
El presente de Quilmes en la Primera Nacional suma un nuevo y preocupante capítulo. Tras perder el clásico frente a Los Andes por 1-0, el micro que trasladaba al plantel cervecero desde la cancha visitante hacia su propio estadio fue atacado violentamente por un grupo de barras enardecidos.
Con 30 puntos en 26 partidos, el conjunto del Sur bonaerense ya venía golpeado por su mala campaña. Sin embargo, la situación se agravó el sábado por la noche, cuando el vehículo que transportaba a los jugadores fue blanco de piedrazos, insultos y amenazas. Varias ventanillas quedaron destrozadas y los futbolistas, aterrados, fueron testigos de la brutal agresión.
Las imágenes de lo sucedido circularon rápidamente en redes sociales: encapuchados golpeando los vidrios del colectivo y lanzando objetos mientras gritaban con furia. Entre los cánticos se distinguió con claridad una advertencia escalofriante: “Rescátense que nos vamos a la B”.
Antes de los incidentes, el técnico interino Néstor Frediani había enviado un mensaje a los hinchas reconociendo el duro momento:
“Estamos tan dolidos como ustedes, compenetrados para revertir la situación y que esto cambie para devolverles algo de todo lo que nos están dando”, expresó el entrenador, buscando contener la tensión.
En lo futbolístico, el panorama también es complejo. Quilmes ocupa el puesto 13 de 18 en la Zona A de la Primera Nacional, con apenas 7 triunfos, 9 empates y 10 derrotas en 26 presentaciones. A falta de ocho jornadas, se encuentra apenas seis puntos por encima de Arsenal, que es el colista del grupo.
El Cervecero no solo deberá recomponer su nivel dentro del campo, sino también trabajar para calmar la crisis institucional y la creciente violencia que rodea al equipo en este tramo decisivo del campeonato.