Central Córdoba de Rosario goleó 3-0 a Claypole y es lider de la Zona A de la Primera C, en una jornada donde también ganaron JJ Urquiza y El Porvenir. La lucha en Primera C se enciende con el Charrúa otra vez arriba.

Con autoridad, el elenco dirigido por Daniel Teglia no falló ante su gente y superó sin atenuantes a Claypole, que venía en alza. En apenas 27 minutos del primer tiempo, el conjunto rosarino ya lo ganaba 3-0 con goles de Gonzalo Gómez, Pablo Vranjicán y Mario Senra, mostrando todo su potencial ofensivo y reafirmando su candidatura al ascenso.

El Gabino Sosa fue una fiesta, y el Charrúa alcanzó los 32 puntos, uno más que Ituzaingó, que había ganado el sábado. Así, Central Córdoba volvió a lo más alto en la lucha en Primera C y manda con autoridad.

La derrota fue un duro golpe para el Tambero, que con 19 unidades cayó fuera de los puestos de Reducido y deberá reponerse pronto para seguir con aspiraciones.

Otros partidos de la jornada:

En Ensenada, El Porvenir superó 1-0 a Cambaceres y volvió a sonreír tras algunas fechas sin sumar de a tres. El tanto fue de Ezequiel Aguirre en el segundo tiempo.

Por su parte, en Villa Lynch, JJ Urquiza venció 1-0 a Leandro N. Alem en un encuentro muy parejo. El único tanto lo marcó Gastón Cueto, tras una gran jugada colectiva iniciada en un tiro libre.

La jornada también incluyó dos empates sin goles. En el Saturnino Moure, Victoriano Arenas y Cañuelas no se sacaron diferencias en un duelo clave por sumar puntos para escapar del fondo. Y en el Ricardo Puga, Central Ballester y Atlas protagonizaron otro 0-0, con pocas emociones y muchas imprecisiones.

Chelsea hizo el partido perfecto ante el candidato PSG y es campeón del Mundial de Clubes, en una final histórica donde lo superó de principio a fin con goles, presión y jerarquía total.

Chelsea hizo el partido perfecto ante el candidato PSG y es campeón del Mundial de Clubes. El equipo de Enzo Maresca logró lo impensado: borró al gran favorito con un contundente 3-0 y se coronó campeón mundial por primera vez en su historia en el MetLife Stadium.

Desde el primer minuto, el conjunto londinense jugó con el temple que se requiere en las finales. Nada quedó librado al azar. La intensidad, el orden táctico y la ejecución precisa del plan del entrenador italiano dejaron sin reacción a un PSG que venía de brillar ante Real Madrid.

El héroe de la jornada fue Cole Palmer, que anotó un doblete y eclipsó por completo a las estrellas del equipo parisino. Su nivel fue tan extraordinario que se convirtió en el jugador del partido sin discusión. El tercer gol lo marcó João Pedro, otro nombre clave que apareció cuando más se lo necesitaba.

La clave estuvo en el mediocampo. El ingreso de Reece James al centro de la cancha rompió el libreto de Luis Enrique, mientras que Enzo Fernández y Moisés Caicedo ganaron todas las disputas a una línea media que había dominado a todos sus rivales. El argentino fue líder y referente, imponiendo su carácter en una final que también lo consagra como el primer jugador campeón del mundo con selección y club simultáneamente.

Chelsea hizo el partido perfecto ante el candidato PSG y es campeón del Mundial de Clubes, no solo por los goles, sino por cómo anuló cada virtud del rival. Presión alta, cobertura en todos los sectores y una intensidad asfixiante fueron las herramientas que le permitieron construir una noche histórica.

El recorrido no fue sencillo: derrota en fase de grupos ante Flamengo, remontada en octavos contra Benfica tras el empate de Ángel Di María, victoria ajustada sobre Palmeiras y un sólido triunfo ante Fluminense en semifinales. Pero en la final, fue un concierto.

Noticias salientes hasta ahora: la consagración de Chelsea, el doblete de Palmer, el rol protagónico de Enzo Fernández, la caída del candidato PSG, y la consolidación de Maresca como DT de élite. El fútbol volvió a sorprender con su imprevisibilidad.

Sinner repasa su difícil camino desde la decepción de Roland Garros hasta la gloria de Wimbledon tras vencer a Carlos Alcaraz y conquistar su primer título en la Catedral del tenis.

Cinco semanas después de ver cómo se le escapaba su gran sueño en la Philippe-Chatrier, Jannik Sinner se elevó este domingo al cielo de Londres. Sinner repasa su difícil camino desde la decepción de Roland Garros hasta la gloria de Wimbledon, coronando su recuperación con una victoria épica ante Carlos Alcaraz, su gran rival generacional, para quedarse con su primer trofeo en el All England Club.

El No. 1 del mundo venció por 6-4, 3-6, 7-6(3), 6-3 en una final de altísimo vuelo para alcanzar su cuarto título de Grand Slam y achicar la brecha con el español, que acumula cinco. Fue su victoria número 26 en los últimos 29 partidos de Grand Slam, una racha que lo confirma como el hombre a vencer en la cima del circuito.

“Creo que es la parte de la que estoy más orgulloso, porque realmente no ha sido fácil”, confesó Sinner en conferencia de prensa. “Perder una final como la de París duele mucho, pero también te da fuerza. Acepté la derrota, me hablé con honestidad y entendí que había que seguir. Tenía otra oportunidad aquí y lo hice bien”.

A sus 23 años, el italiano ya ganó en tres de los cuatro grandes y se convierte en el primer jugador fuera del Big 4 (Federer, Nadal, Djokovic, Murray) en alcanzar finales en todos los Grand Slams desde 2004. Además, logró revertir una racha de cinco derrotas consecutivas ante Alcaraz, para ahora quedar 5-8 en su serie particular.

La rivalidad con el murciano parece alimentar su fuego interno. “Cuando alguien como Carlos lo gana todo tan joven, tenés que estar listo todo el tiempo. Es una motivación constante. Me hace mejorar”, reflexionó el flamante campeón, que no cree haber alcanzado aún su techo. “A esta edad todavía tengo margen físico y mental para crecer. Lo importante es no aflojar”.

Sinner cerró su actuación en Wimbledon con una imagen emocionante: arrodillado, tocando el césped, y dedicando su triunfo a su familia. “Solo ellos y mi equipo saben por lo que hemos pasado. Compartir esto con ellos, con todos acá en Londres, es el mejor regalo que me podía dar la vida”.