(EFE). – El Inter fue mucho mas efectivo en los arcos y venció al Getafe por 2-0. El conjunto italiano aprovechó mejor sus ocasiones y dejó fuera de la competición a un equipo que falló un penal en los pies de Jorge Molina que podría haber dado la vuelta a la eliminatoria.
Antonio Conte predijo en la víspera un duelo “sucio” y se encontró con un rival impecable. Bordalás reforzó el centro del campo con David Timor, colocó un trivote y un delantero, Jaime Mata, y con ese sistema ahogó literalmente al Inter durante 25 minutos.
En ese tiempo, funcionó una presión muy intensa casi en el área del esloveno Samir Handanovic. Duró lo que aguantó el físico, pero estuvo a un pelo de funcionar. Pero, como siempre en los últimos tiempos, al Getafe le falló la falta de acierto en los últimos metros.
Primero pudo marcar el serbio Nemanja Maksimovic, pero se encontró con una tapada del arquero del Inter tras cabecear un centro del uruguayo Damián Suárez a los dos minutos. Después, fue Jaime Mata quien no acertó ante Handanovic y se fueron al limbo dos ocasiones de oro.
Hasta ese momento, el Inter aguantó el chaparrón como pudo. Conte apostó por sentar al danés Christian Eriksen para sentar a Roberto Gagliardini y faltó algo de pausa en la salida. Además, en una señal de respeto, utilizó a D’Ambrosio, más conservador en la derecha que Condreva, en el banquillo junto a los suplentes.
Fue Lautaro Martínez quien despertó a su equipo. El argentino mostró sus credenciales al Barcelona y en un minuto y medio se encargó de acabar con el dominio del Getafe. Sólo David Soria, con dos intervenciones de mérito, evitó el primer tanto del conjunto italiano, que poco después sí acertaría.
El belga Romelu Lukaku fue quien apareció de repente, salido de la nada, para ganarle la espalda a Xabier Etxeita y aprovechar un pase largo de Alessandro Bastoni. Un remate, un gol y su conquista número treinta en esta temporada.
Con muy poco, apenas tres zarpazos, el Inter se marchó al vestuario por delante con la sensación de haber acabado con el empuje del Getafe, que tardó recuperar el ritmo de los primeros 25 minutos. Con más corazón que fuerza, intentó otra vez la presión inagotable, pero el Inter, esta vez, salió indemne en el inicio.
Incluso pudo finiquitar la eliminatoria con un remate acrobático de D’Ambrosio que obligó a intervenir de nuevo a Soria, que dio aire a un equipo que se reactivó con la entrada de Ángel Rodríguez. Con dos delanteros, el Getafe volvió al ataque, pero, de nuevo, como en casi todo el final de curso, la suerte le fue esquiva.
Como ante el Levante en la última jornada de Liga, dispuso de un penal decisivo. Entonces, lo falló Jaime Mata, que había transformado los últimos 25 de su carrera y el Getafe se quedó sin Europa. Entonces, apareció Godín para tocar con la mano un centro de Jason Remesero. Tras revisar el VAR, Anthony Taylor decretó la pena máxima y de nuevo la desgracia se ciñó sobre los hombres de Bordalás.
Justo antes, el técnico alicantino había sacado del campo a su especialista. Sin Jaime Mata, Jorge Molina tomó la responsabilidad de lanzar un penal histórico. No acertó. Lo mandó fuera y ahí se esfumaron todas las oportunidades del Getafe
El fallo de Molina fue una piedra muy pesada para un equipo que murió con dignidad para cerrar una temporada notable que pudo ser sobresaliente. Los detalles, lo evitaron y al final en este fútbol sin alma en época de coronavirus prima la calidad. Y, el Inter, tiene más.