Franco Coronel, que ingresó en el segundo tiempo, fue el gran responsable del triunfo del Sojero por 2-1 frente a Colón
La primera mitad fue opaca, trabada, sin profundidad ni desequilibrio. Colón intentó adueñarse del ritmo del partido con la conducción de Talpone y Taborda, mientras que Agropecuario apostó al orden defensivo y al juego directo, sin demasiadas luces. Ninguno encontró claridad ni conexión en tres cuartos de cancha y el empate sin goles al descanso se ajustaba perfectamente a lo poco que ambos ofrecieron en esos 45 minutos.
Pero todo cambió tras el descanso. La visita se animó y encontró en los cambios la clave para romper el molde. Franco Coronel ingresó con hambre de gloria y fue determinante: primero desbordó por la banda y asistió con precisión a Enzo Blando, quien de cabeza clavó un golazo para abrir el marcador y desatar la sorpresa en el estadio Brigadier López.
El golpe despertó al Sabalero, que hasta entonces parecía sin energía. El empate llegó en una jugada bien elaborada por izquierda: Taborda y Talpone combinaron con inteligencia y habilitaron a Emmanuel Gigliotti, quien definió con clase para igualar el marcador. El Puma, que atraviesa un gran momento, alcanzó así su cuarto gol en el torneo y se ubica entre los máximos artilleros de la categoría.

Cuando el partido se encaminaba a una igualdad, Coronel volvió a decir presente. A los 89 minutos, aprovechó una distracción defensiva, ganó en velocidad y, ante la salida de Marcos Díaz, ejecutó una emboquillada perfecta que sentenció el 2-1 definitivo. Un tanto sensacional que dejó sin respuestas al arquero sabalero y le dio a Agropecuario un triunfo vital fuera de casa.
Colón sigue sin encontrar regularidad y sumó una nueva frustración en su lucha por ser protagonista. El equipo de Iván Delfino deberá ajustar varias piezas, especialmente en defensa, para no perder el tren de los puestos de arriba.