Centro de actividades deportivas, culturales y constante apoyo a la comunidad Velense desde 1910.
Tandil 493, María Ignacia, Argentina
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Club Velense
Historia de Maria Ignacia – Vela (Créditos: Tandil Diario)
La localidad de María Ignacia –Vela- se encuentra distante a 55 Km. de la ciudad de Tandil (cabecera de partido). Es un pueblo que nace respondiendo al proyecto político de la Generación del “80”; su fundación y posterior evolución estuvieron de acuerdo con las distintas coyunturas históricas. El nombre de Vela responde a uno de los productores más importantes del Sur, Pedro José Vela: organizador de su propia flota de carretas, representante eterno de Bahía Blanca en la legislatura rosista, pulpero y hacendado del Chapaleofú. Cuando las tierras pasaron a ser propiedad del Señor Vicente Casares, éste resolvió un fraccionamiento de las mismas y presentó un proyecto que denominó “Centro agrícola María Ignacia” por ser un nombre de tradición en la familia. El desarrollo agrícola del partido de Tandil tuvo como epicentro a las tierras ubicadas en la zona de Vela, proceso favorecido por la excelencia de sus suelos, aptos para una amplia diversidad de cultivos. A su vez la inauguración de la estación del Ferrocarril del Sur el 8 de marzo de 1885 (aunque los velenses consideran como fecha fundacional el 11 de septiembre de 1984) provocó en toda el área circundante un efecto multiplicador en el cultivo de cereales, cuya comercialización y transporte estuvo absorbido por esta localidad. Este pueblo creció rápidamente al compás del boom cerealero del país, transformándose en una población activa que acaparó gran parte de mano de obra de los inmigrantes españoles, italianos, franceses y sirios libaneses. Los excepcionales resultados agrícolas de las tierras del Chapaleofú (vocablo mapuche que significa arroyo pantanoso) le merecieron, para fines del siglo pasado, el título de la “verdadera Región del Trigo”, alcanzando su producción en este rubro entre el 35% y 40% del total del partido. Paralelamente al desarrollo de la agricultura, el pueblo continuó creciendo: En 1910 se fundó el Velense Football Club. Posteriormente en el año 1912 se habilitaron las oficinas del Registro Civil, Juzgado de paz y Cementerio. Luego se construyó la casa parroquial por medio de suscripciones públicas y actos de beneficio. La sociedad anónima Luz y Fuerza de capital local inauguró sus servicios en enero de 1920. En 1923 fue creado el Club Social. Luego llegó la oficina de correos, telégrafo y más tarde la Sociedad Española. La Sociedad Italiana Humberto I levantó su edificio social en 1927. En 1938 se inauguró la sucursal del Banco de la Nación y en 1932 se construyó el edificio Municipal y se habilitó un moderno matadero dependiente de la comuna. Todo este desarrollo estuvo acompañado por la presencia de importantes comercios: almacenes de ramos generales, ferreterías, bazares, hoteles, talleres mecánicos, carpinterías hojalaterías, fábricas de pastas, de jabón y soderías entre otros. Este proceso de urbanización significó la apertura de numerosos puestos de trabajo y le confirieron un particular dinamismo a la localidad. Vela tenía más de 5000 habitantes y en 2 ocasiones intentó su autonomía. A pesar de la crisis de 1930 que provocó una recesión económica internacional con graves consecuencias para la argentina; entre otras la caída de los precios agropecuarios, principalmente de los cereales, los velenses lograron una estabilidad gracias a la industria de la piedra. En abril de 1930 empezó a funcionar la cantera Troncos- Varela enclavada en la Sierra Alta de Vela convirtiéndose en un factor de reactivación para la economía del pueblo. Con su producción de granitullo se asfaltaron calles de Tandil, Bahía Blanca y la Plata. En 1932 fue visitada por el presidente Agustín P Justo. Hoy, María Ignacia Vela, aparte de la tradicional actividad agropecuaria, posibilita para todos los visitantes un circuito turístico cuyos denominadores son: el contacto con la naturaleza y el gran patrimonio histórico cultural que puede remontarse al asentamiento de las parcialidades mapuches a orillas de las nacientes del arroyo Chapaleofú en las sierras altas de Vela. Como testimonio de éstas raíces culturales y antropológicas, se encuentran antiguas construcciones de piedra aborígenes utilizadas como paradas y habitaciones para las tribus, como recintos protectores de ganado y como reductos de observación y defensa para evitar ataques sorpresivos. En una de las construcciones ubicadas a 9 Km. aproximadamente de Vela (Estancia Limache) funcionó la gran Feria del Chapaleofú cuya permanencia se extendió hasta la fundación del Fuerte de la Independencia en 1823 (hoy Tandil). En dicha feria convergían diversos circuitos comerciales aborígenes del país y transcordilleranos e hispanocriollos, siendo el ganado, la sal, los tejidos, las plumas los principales bienes de intercambio. Producto de la expansión ganadera al Sur del río Salado se fueron estableciendo distintas estancias que funcionaron como principal unidad productiva de la actividad pecuaria (cueros, sebo y tasajo), algunas pueden ser visitadas y conservan parte de su historia. El paisaje ofrece una atrayente flora y fauna. El área se emplaza en el Sistema de Tandilia de origen paleozoico, con un atractivo especial, ya que rompe la imagen tradicional que cualquier visitante puede tener de la zona pampeana. La Sierra Alta de Vela es un exponente de este sistema. En la zona urbana se encuentran dos museos: el Archivo y Museo Histórico y de Ciencias Naturales Dr. Aurelio de Lusarreta que guarda más de 1000 piezas que reconstruyen la historia del pueblo y el Museo de Maquinarias Agrícolas. En la esquina de Belgrano y Pellegrini está situado el Prado Español; un lugar recreativo para la población; su edificación conserva el estilo y ha sido para los velenses el lugar donde se concurría a bailar (Romerías españolas). Además se pueden visitar los despachos de bebidas con ventas de comestibles llamados “boliches” que reviven la popularidad de viejas épocas, pero que en la actualidad quieren recuperar protagonismo. Un caso es el del “Bar Tito” donde el escritor Osvaldo Soriano se inspiró para algunas de sus novelas. El Balneario Municipal, es un lugar donde concurren turistas en distintas épocas del año y constituye otro atractivo de la región. Está ubicado a 9 Km. de Vela y es de fácil acceso. La fiesta de la serenata, la del dulce de leche y agrupaciones vinculadas a espectáculos camperos constituyen en la actualidad los acontecimientos más importantes de la población: Asados, bailes tradicionales, música popular, exposición de productos artesanales de la región y distintos espectáculos reúnen a miles de personas en la localidad.